L’Associació de la Premsa Comarcal Valenciana se entrevistó el miércoles 16 de febrero con el presidente de les Corts Valencianes, Enric Morera, quien constestó a todas las cuestiones que atañen ahora mismo a las distintas comarcas valencianas.
Les Corts es una de las principales instituciones de los valencianos y, sin embargo, ¿usted cree que sus decisiones llegan a la gente?
No. No llegan, al menos, con claridad. Sí creo que llegan a aquellos colectivos a los que les solucionan parte de sus problemas, pero la mayoría de la población desconoce el trabajo que realizamos en Les Corts.
Tal vez porque hemos de mejorar nuestra comunicación o por el nivel de mesinfotisme. En todo caso es evidente que tenemos deberes por hacer en este sentido.
En 2016 se habló de una ley de comarcalización que variaba la adscripción de algunos municipios, ¿en qué estado se encuentra esta iniciativa?
No existe ninguna ley de comarcalización en marcha. Las comarcas como demarcaciones políticas no existen legalmente. Por desgracia. Sí que existe una ley de mancomunidades.
En este sentido sí hay un decreto de demarcaciones para la prestación de servicios básicos. Es cierto que salieron algunas fake-news sobre cambios de municipios de una comarca a otra. Personalmente, soy partidario de quitarle grasa a la administración. Soy partidario de que las diputaciones desaparezcan. A veces funcionan como agencias de colocación. Comenzando por la de València. No tiene ningún sentido que una institución provincial gestione una plaza de toros o un hospital. Hemos de cambiar la Constitución y quitar la grasa política de las administraciones y, por contra, hacer el aparato del estado más ágil y racional.
¿Desde Les Corts tienen en consideración el problema de despoblación que sufren algunas comarcas valencianas?
Estamos a tiempo de revertir el problema si se ponen los medios. Es una evidencia que algunas zonas del interior se están despoblando. Precisamente se ha nombrado una nueva secretaría autonómica (con la ex consellera Elena Cebrián) para afrontar esta situación.
Lo importante es poner medios para que la gente pueda ganarse la vida. Hay algunos factores que han influido, por ejemplo la planificación de infraestructuras que se ha hecho mal. Quizás, además del AVE, interesaba potenciar aquellas líneas para mejorar lo que ya teníamos. En todo caso, hemos de reinventar nuestro modelo productivo.
¿Y para hacer frente a ese fenómeno de despoblación se pueden condicionar las inversiones o aplicar una fiscalidad diferenciada?
La fiscalidad se ha de adaptar a la realidad. También se puede obligar a las empresas a que se instalen en un lugar determinado si quieren acceder a ayudas públicas. La despoblación es una realidad. El problema es grave.
Por eso debemos plantearnos el modelo productivo, de qué vamos a vivir en el siglo XXI. Tenemos que hacernos esa reflexión.
¿Cuál es la postura del Botànic ante la proliferación de proyectos de macroplantas solares?
El gobierno valenciano quiere conseguir la soberanía energética. Nuestro futuro pasa por no depender energéticamente del exterior, porque lo contrario supone un gravísimo problema de competencia para nuestras empresas.
El tema de la energía solar tiene tres niveles: las comunidades energéticas locales, el autoconsumo y los parques solares.
El autoconsumo, tanto particular como en empresas, va bien y en cuanto a las comunidades, los ayuntamientos pueden impulsar esta energía actuando como promotores, instalando placas en los tejados de edificios públicos.
En el último aspecto, el de los parques solares, se han recibido 400 peticiones de macroplantas. Son, mayoritariamente, inversiones de capital que viene desde fuera.
Hasta ahora, 30 de estos proyectos han llegado a exposición pública. En algún lugar serán necesarias, no estamos en contra pero no es nuestro modelo.
Suponen un gran impacto en algunos territorios. Nuestro modelo es que los pequeños ganen a los grandes, que se produzca una revolución energética. Para ello, la Generalitat concede muchas ayudas.
En el caso el tren Xàtiva-Alcoi, pasan las décadas y no se llega a ninguna solución, ¿se puede llegar a un gran acuerdo para salvar y potenciar la línea?
Se trata de ferrocarriles que dependen del estado. El gobierno valenciano ha pedido la transferencia. Este problema tiene que ver con la concepción de un modelo radial de comunicaciones, algo que explica también el problema de la España vaciada. Se han privilegiado las inversiones en el AVE y en ese modelo radial. Hay un déficit de inversiones.
Desde el año 2000 existe una infrainversión del estado en casa nuestra de 10.000 millones de euros. Esto tiene que ver con el tren y con otras inversiones necesarias. Esa falta de inversión quiere decir empobrecimiento del pueblo valenciano, menos empresas, menos lugares de trabajo, menos infraestructuras para la economía productiva.
Este modelo de centrifugadora de todos los recursos para una concepto de Madrid metropolitana no funciona. Con esos 10.000 millones tendríamos esa línea y muchas otras inversiones en nuestro territorio que son necesarias.
¿Cómo encaja el valencianismo político en un mundo tan global?
Es el concepto de glocalidad. Como decía Joan Fuster, me obligan a ser nacionalista. Yo no quiero ser nacionalista, yo quiero ser valenciano en un mundo global, no para poner fronteras, ser auténtico en ese mundo, valorar nuestra lengua, nuestra forma de ver el mundo. España hizo un paso muy importante, que ahora algunos cuestionan, por las autonomías. La Unión Europea reconoce la diversidad cultural y lingüística. Hay que poner en valor eso y no ir hacia el pensamiento único y la uniformidad. La verdad es que somos un gran pueblo y nos lo reconocen más desde fuera que nosotros.
En algunas comarcas, tenemos falta de especialistas en sanidad, incluso se generan dudas para los hospitales de nueva construcción.
Sí, construir los hospitales es una cosa y, después, dotarlos de personal es otra. Pero dejemos claro que tenemos la mejor sanidad del mundo. Con algunos problemas, claro, pero gracias a los buenos profesionales tenemos la mejor sanidad.
El presupuesto de sanidad es el principal de la Generalitat, con 6.000 millones de euros. Y todavía no es suficiente. La calidad humana y técnica que tenemos es extraordinaria pero no es suficiente.
Soy consciente de que algunos hospitales les faltan dotaciones de profesionales, la Conselleria es consciente de estas situaciones, nos consta porque es un tema que sale en Les Corts Valencianes. Pero la sanidad es nuestra principal partida.
¿Cómo ve la recuperación de la normalidad en nuestras Fiestas?
Soy festero de Moros y Cristianos en Biar desde hace 30 años. Entiendo que la población está muy perjudicada mentalmente como consecuencia de la pandemia. Se nos dijo que la vacuna era la solución definitiva, ha solucionado muchas cosas pero llega un momento que la gente necesita recuperarse anímicamente. Por eso ya no hay casi restricciones.
Las fiestas valencianas son únicas en el mundo en su diversidad. Porque son mediterráneas, integradoras, sociabilizadoras… y la pandemia ha supuesto una ruptura. Vamos a tener fiestas y recuperarnos anímicamente.
Las fallas y los Moros y Cristianos serán prácticamente normales. Lo necesitamos emocionalmente. La pandemia nos ayudará a poner en valor aspectos como los encuentros con la familia, los amigos y las fiestas son un factor determinante.